sábado, 13 de junio de 2015

2015

Buenas noches... aunque es de tarde acá en Argentina, me apena decir que hace más de un año que no escribo... casi dos.
La última vez fue en 2013.. luego de un comienzo de año trastornado y cargado de violencia familiar, cerró un ciclo en mi vida y comenzó otro: 
LA ETAPA UNIVERSITARIA. 

2013
Admito que nunca había imaginado como seria, simplemente me veía como una recluída, envidiosa y gorda inmunda dentro de un ambiente repleto de gente, mucha más gente que en el colegio, gente que terminó su adolescencia y se encamina a la adultez. Pero fue distinto. Desde ya, que cuando comencé, lo hice sola, sin amigos y sin nadie con quien hablar. Acomodé mis horarios desastrozamente, y cada vez que tenía una materia, la gente cambiaba. Las materias a la mañana estaban infestadas de pendejos de mamá, las de la noche de viejos que iban a romper las pelotas a la universidad.
El primer día de una materia de mañana, mi complejo de inferioridad hizo que le cediera el asiento a un grupo de ''amigos/as'' que se veia muy feliz y entusiasmado por sentarse juntos. Me corrí a un costado, con cara de boba sumisa y seguí la clase. Lo que no sospechaba es que ese grupo se iba a convertir en MI grupo, con el cual me sentiría respaldada y acompañada.

Ese verano no había adelgazado nada. Seguía igual de gorda y fea que todos los veranos. Mis intenciones de comenzar la universidad con un cuerpo nuevo, fueron solo patrañas.

Mi invisibilidad durante esos meses fue desapareciendo a medida que encontré gente que me hacía sentir bien, con quien compartía salidas y tardes/noches de estudio. Me empezó a gustar y a ir bien (en cuestión de notas). Pero me sentía sola, en lo que amor respecta.
Siempre tuve la desgraciada costumbre de querer un novio, y cuando lo tenía, ya no lo quería. Francisco seguía tan latente como lo sigue siendo en este preciso instante, pero siendo solo un amor inalcanzablemente imposible.
Una noche, durante una salida con mi nuevo ''grupo'', en un boliche de esta ciudad llamado Siddartha, como mierda se escriba, al cual solía ir con mi ''grupo'' (valga la redundancia), un chico y su amigo, nos sacan a bailar a mi amiga y a mi, el que sacó a bailar a mi amiga era alto y a mi parecer , muy flacucho, de seguro en ese momento y ahora, sigo pesando más que él. Y el que bailó conmigo era bajo y regordete. No sé , pero no sentí nada especial y dejamos de bailar. Me fui a recorrer el boliche y percibí que me perseguían. Resultó ser el regordete, que me siguió durante un buen tiempo sin decirme nada. Hasta que nos pusimos a hablar y terminamos la noche juntos.
Creo que a partir de allí, se convirtió en la obsesión n° 2 de mi vida, después de Francisco. No sólo vivía solo en el centro, sino que jugaba al fútbol en el club del cual era fanática. y yo ya me creía una botinera, estaba feliz de sin haber buscado, que un jugador se haya fijado en mi.
La obsesión continuó un par de meses, en los cuales yo me mudé a vivir con mi abuela para probar un poco de libertad. Terminó siendo contraproducente. Me volví una loca y de las feas; me aparecía en sus prácticas y partidos de futbol, stalkeaba a toda su familia, decía por todos lados que él era novio mio, pasaba incesablemente por el frente de su casa para ver si me lo cruzaba y una incontable cantidad de atracones a la espera de algún mensaje suyo, que obviamente nunca llegaba. Como era de esperarse, este muchachito regordete no me dió mas que un malisimo sexo y se aburrió de mi facilidad y complacencia con todo lo que él quería y pedía de mi, no sin antes menospreciarme con adjetivos como ''virga'' ''corchito'' blablabla. Muchos llantos, muchas noches, y no sabía que la dignidad que estaba perdiendo, era mínima comparada con la que iba a perder durante el próximo período. Necesitaba una nueva obsesión, y no busqué muy lejos.
Voy a hacer un apartado donde explico este ''don'' quierase asi llamarlo, o ''desgracia'' que para todos los hombres que pretendo enganchar, los engancho. A veces no discrimino entre hombres e intento de hombres y por eso sufrí mas de la cuenta, o hago sufrir a quienes no lo merecen
Mi nueva obsesión, Ema, un chico que jugaba al futbol en el mismo club que el regordete, pero de más edad y, a mi entender, con más atractivo, otro tipo de chico. Lamentablemente con este muchacho no pasó algo distinto que con el anterior, solamente que me humillé un poco más.
Habíamos prometido hacer una juntada de sus amigos con mis amigas. Organicé todo y nunca llegó. Me cansé de llamarlo y de no ubicarlo, así que no tuve mejor idea de tomarme cuanto litro de alcohol pasara por adelante mío, para ''olvidarlo'' o para ''inhibir'' mis reticencia a escribirle un mensaje de Blackberry Messenger. Me puse tan borracha que en el remis camino al boliche le ofrecí sexo oral al viejo remisero. No tengo más recuerdos excepto de haber ido con Ema al centro, besarlo con la boca llena de vómito, que me robe plata y despertarme toda vomitada en mi cama. 
Después de esa noche no me contestó ni un mensaje mas.
Mis días pasaron y mi tristeza iba en aumento. Comencé una dieta exitosa y todos me decían lo flaca que estaba. Puse mi ojo sobre dos personas esta vez J y R. 
J no prometía nada que yo buscara, sólo sexo y una cara linda y nuevamente JUGADOR DE FUTBOL DEL MISMO CLUB que el regordete y Ema. R prometía ser un inocente indio analfabeto que seguramente quedaría enamorado de mi y terminaríamos en una relación que iba a detestar pero nunca cortar, y TAMBIEN JUGADOR DE FUTBOL.

Las dos relaciones fueron simultáneas y con toda mi vanidad. Las dos me importaban por igual y las dos quería llevar en secreto. Lamentablemente con R se convirtió en una relación formal y con J una relación informal, secreta y puramente sexual. Me sentía una ninfómana, llegué a entregar mi cuerpo a espaldas de R (mi novio) a muchas personas, durante la relación de un año y medio mi lista de chicos con los que tuve contacto llegó a 110 personas. R era un cornudo infernal y yo una ninfómana insaciable. Mi cuerpo, mi peso, mi alimentación no me importaba, Yo me sentía deseada, linda, una puta bárbara también. R se creía todas mis mentiras. Mi celular no dejaba de sonar y cada vez que mi novio amenazaba con descubrirme, se creía mis excusas. En la facultad me iba muy bien y si bien no estaba en mi peso deseado, no me importaba, ''todos'' deseaban mi cuerpo. 
J se había mudado a otra ciudad y nunca más pude hacer una dieta. 

2014
Mi año se resume en malos resultados académicos, dietas fallidas, aumentos y descensos de peso, cuernos para mi y cuernos para mi novio, viajes a Mar del Plata a ver a J, falta de plata, peleas, golpes, violencia de género y falsedad.

2015
Mi año estuvo solitario, casi sin novio, después de muchas peleas... descubrimiento de una infidelidad y me quedé sola. No se si estoy idealizándolo, pero quiero volver con él, prometo valorarlo. Mis días consisten en llorar por él mientras como cantidades industriales de comida. Llamarlo, hablarle sin tener ningún tema de conversación como para mantener una charla fluída y extrañar todo lo que hacía por mi... Me cansó la vida de puta y de que nadie me valore. Mi imagen y mi reputación es un desastre y me muestro tan displicente como dispuesta a tener relaciones sexuales con personas que no me importan en lo más mínimo.

Ver Abzurdah dos veces en una semana, la película, me puso muy triste. No quiero volver a la época de atracones, el twitter @buscandoana y demás cosas que me arruinaron la vida. Será que terminó el ciclo de aparente felicidad y se viene la etapa de inminente depresión. DIOS, no!


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